No aprendía a ser felíz

Inventaba un pasado más que heroico,
rehacía cada día el pensamiento,
evitaba sucumbir a tu mirada
y ahora sé que no triunfé con un buen cuento,
escuchaba las cadenas de la tierra,
y presté socorro a todo aquel que ahogaba el llanto,
aún así no sucedia lo esperado,
y no creía en milagros que viniesen
pero seguí el cuento de las horas
que pasase un día más tras los espamos
repetía lo que en mí se había grabado
sin volver a rehacer codigo inverso
te olvidé y me recordaste una y mil veces
sin desnudarte para mí solo por gusto
del placer que no llegó extraje texto
ser feliz se aprende y no aquí no invento
pero en casa era delito cambiar nada
a pesar de las semillas de flor y talento
Quiero ser feliz contigo un rato
y enseñarte que eso que aprendo es nuevo,
pero no incierto.

Me gustaría poner música a un desengaño;
pero resulta tan triste que, a veces, lo recubre de esperanza,
de anhelo y de venganza.
Con lo fácil que es bailar la injusticia, resistir al oprobio y parodiar al deshonesto.
Poner fin a un amor que apenas tuvo tiempo de empezar,
por prisa de obtener lo metido, engaña hasta al más materialista postmoderno.
No es posible aceptar la derrota,
cuando nada, cuando todo se acaba.

Boxeos y perdidas

Ya somos viejos
nunca fuimos jóvenes
no más que una espera
para poder decirnos, ahora ya no.

Y así dirán siempre lo mismo
Y los mismos se dirán que siempre fue así.
Porque en el fondo se creen, que con ellos
no puede ser igual.

Pues bien, siento decirte,
que cuando te llegue el turno,
acabarás pensando esto mismo.
Ahora que eres viejo, ahora que te dicen que ya no.